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¿Cómo saber si tengo síndrome metabólico? ¿Para qué me sirve conocer las 8 “E”?

Dra. en C. Angélica Sofía González Garibay

Dr. en C. Eduardo Padilla Camberos

Unidad de Biotecnología Médica y Farmacéutica 

CIATEJ

El síndrome metabólico es un término que describe un grupo de marcadores clínicos y metabólicos de riesgo de padecer enfermedades coronarias (del corazón) y diabetes mellitus tipo 2. La prevalencia del síndrome metabólico varía a nivel mundial, por ejemplo, en la India se estima que del 20 al 25% de su población lo padece, en Estados Unidos un 28%, mientras que en las mujeres mexico-americanas se ha estimado en 27.2%. En México, según varias asociaciones se ha estimado que entre 31 a 54% de nuestra población presenta síndrome metabólico.

Entre los marcadores que forman parte del diagnóstico de síndrome metabólico se encuentran: 

  • Obesidad abdominal
  • Dislipidemia determinada como triglicéridos altos o colesterol-HDL (colesterol-lipoproteínas de alta densidad) bajo
  • Hipertensión arterial
  • Resistencia a la insulina
  • Estado proinflamatorio, entre otros. 

Aun no existe una definición única de síndrome metabólico, debido en parte a diferencias a nivel poblacional. Algunas asociaciones han realizado propuestas para el diagnóstico agrupando varios de los factores. En general, se acepta que tener 3 características de las ya mencionadas conducen al diagnóstico de síndrome metabólico.

Mide tu cintura, ¿es mayor de lo esperado?

La medida de la cintura recomendada es diferente para hombres y mujeres. En hombres si la cintura es mayor de 90cm ya implica riesgo, mientras que en las mujeres el riesgo se presenta si es mayor de 80cm.

Evalúa tu sangre, ¿tengo alteraciones en la glucosa?

Las determinaciones en sangre se realizan bajo un ayuno de 8 horas. Si la glucosa supera los 100mg/dl ya implica riesgo y también se considera que se presenta pre-diabetes.

¿Tengo los lípidos alterados?

En cuanto a los triglicéridos, si superan los 150mg/dl también implica riesgo, a esto se le llama hipertrigliceridemia. En cuanto al colesterol-HDL se aplican diferentes valores de corte para considerarlos bajos, ya que para hombres sería un nivel menor de 40mg/dl y en mujeres menor de 50mg/dl. El colesterol-HDL es el único factor cuyo valor se espera que esté alto porque se considera como un factor protector.

Revisa tu presión arterial, ¿está elevada?

Si tu presión arterial resultara mayor de 130/85 mmHg se consideraría alta.

¿Existen más factores para evaluar en sangre y saber si tengo riesgos?

Existen otros dos factores que también son evaluables en sangre y que de estar alterados también aumentan el riesgo de presentar diabetes mellitus tipo 2. La primera condición es la resistencia a la insulina; una forma de estimarla es el modelo homeostático para evaluar la resistencia la insulina o índice HOMA que requiere de los datos de glucosa e insulina en ayuno. Una revisión sistemática y meta-análisis mostró que existen diferentes puntos de corte, concluyendo que un valor de 1.87 indica resistencia a la insulina. En México, algunos laboratorios indican como valores altos si el índice HOMA resulta mayor de 2 o de 2.5. 

El otro factor de riesgo es la concentración sanguínea de proteína C reactiva (CRP) que indica el nivel agudo de inflamación. Un valor de CRP igual o mayor de 0.5mg/dl se considera alto. Esta prueba no es muy común, ni económica.

Si presentas algunas de las alteraciones anteriores, debes realizar cambios en tu estilo de vida con prontitud. Sin embargo, como ya se mencionó, si presentas 3 o más de estos factores se considera que presentas síndrome metabólico, por lo que de manera urgente debes cambiar tu alimentación y tu nivel de actividad física.

¿Qué me conviene comer?

En cuanto a la alimentación, se sugiere preferir los alimentos sin procesar o mínimamente procesados como: verduras y frutas frescas, secas o congeladas, granos, leguminosas, nueces, carnes, pescados y mariscos, huevos y leche.

Evitar el consumo excesivo de “ultraprocesados” (término controversial), que se refieren a formulaciones industriales elaboradas a partir de sustancias derivadas de los alimentos o sintetizadas de otras fuentes orgánicas. Se elaboran empleando procesos con la finalidad de conservar los alimentos o de mejorar sus características como el sabor. Retomo la nemotecnia de una conocida nutrióloga para recordar este tipo de productos y otros con el fin de disminuir o evitar su consumo, consiste en agrupar los alimentos en rubros que comienzan con la letra “E”:

  • Edulcorados 
  • Embutidos
  • Empanizados
  • Empaquetados
  • Endulzados
  • Energizantes
  • Enlatados
  • Envasados 

Algunos ejemplos de dichos productos son las papas fritas y botanas empaquetadas, helados, chocolates y caramelos; panes, bollos, galletas, pasteles, cereales endulzados para el desayuno; barras energizantes; mermeladas; margarinas; refrescos y bebidas energizantes; bebidas azucaradas a base de leche, incluido el yogur para beber de sabores; bebidas, jugos y néctares de fruta; bebidas de chocolate; comidas listas o rápidas, como pizzas; hamburguesas y hot dogs; nuggets (alitas o trozos) o palitos (barras) de pollo, pescado o queso; y sopas, pastas y postres, en polvo o envasados.

¿Cómo saber si estoy consumiendo en exceso alimentos procesados?

No es sencillo fijar los límites de cuánto es poco o mucho para una persona. Existen cuestionarios de frecuencia alimentaria y recordatorios de consumo de alimentos que aplican los profesionales de la nutrición. De forma más común, hay que considerar la dosis o la cantidad de alimento consumida por vez o por día, pero también la frecuencia. Ya que, si la dosis hace el veneno, también la frecuencia. No es lo mismo comprar 1 producto empaquetado y consumir una o dos piezas de lo que contiene, que terminarse el contenido al momento. Respecto a la frecuencia, considera esta situación: supongamos que consumes un alimento procesado, una vez por semana. En un año lo habrías consumido 52 veces. Visto de esta forma, la perspectiva cambia, ¿verdad?

Si se presenta algunas de las alteraciones mencionadas, son necesarias la consulta médica y la asesoría de un nutriólogo o licenciado en nutrición. La piedra angular para recuperar tu salud será la alimentación saludable y volverte más activo físicamente.

Bibliografía:

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Nutricia Messina. (2025, enero 21). Facebook. Amor sin acción y oración https://www.facebook.com/reel/1741670553280676

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