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Lactancia materna: Beneficios para la salud materno-infantil

Mtra. María Aurora Porrúa Ardura

Directora Escuela de Nutrición

Universidad Anáhuac Mayab

La lactancia materna es una de las estrategias más efectivas para garantizar la salud y el desarrollo óptimo del recién nacido. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y su continuación, junto con la alimentación complementaria, hasta los dos años o más. Sus beneficios abarcan no solo el crecimiento y desarrollo del bebé, sino también la salud materna y el fortalecimiento del vínculo afectivo entre madre e hijo.

La leche materna contiene todos los nutrimentos esenciales en proporciones adecuadas para el crecimiento del lactante. Aporta proteínas de alta calidad, grasas esenciales, carbohidratos y micronutrimentos como hierro, calcio y vitaminas, favoreciendo un desarrollo neurológico y físico óptimo. Además, contiene factores inmunológicos que reducen el riesgo de infecciones respiratorias, gastrointestinales y alergias en los bebés (WHO, 2020).

La lactancia materna también brinda múltiples beneficios para la madre. Reduce el riesgo de hemorragias postparto, contribuye a la recuperación del peso previo al embarazo y disminuye la probabilidad de desarrollar enfermedades como cáncer de mama y ovario. Además, estudios han demostrado que la lactancia prolongada ayuda a reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares (Victora et al., 2016).

Mitos y creencias sobre la lactancia materna 

A pesar de la evidencia científica, aún persisten mitos en torno a la lactancia materna. Uno de los más comunes es que algunas mujeres no producen suficiente leche, cuando en realidad, la mayoría de las madres pueden generar la cantidad adecuada si reciben el apoyo y la información correcta. Otro mito es que la lactancia prolongada genera dependencia en el bebé, cuando en realidad fortalece su desarrollo emocional y seguridad afectiva.

Asimismo, se cree que ciertos alimentos pueden aumentar la producción de leche de manera significativa. Aunque una dieta equilibrada es clave, no existen alimentos mágicos que garanticen un mayor suministro lácteo. La succión frecuente y el vaciado eficaz de los pechos son los factores más determinantes para una producción adecuada de leche.

Estrategias para una lactancia exitosa 

Para lograr una lactancia efectiva, es esencial contar con información y apoyo adecuado. Algunas estrategias fundamentales incluyen:

  • Contacto piel con piel inmediato y frecuente después del parto para favorecer la instauración de la lactancia.
  • Técnicas de agarre y postura correctas para evitar dolor y lesiones en los pezones.
  • Amamantamiento a libre demanda, sin horarios estrictos, permitiendo que el bebé regule su alimentación.
  • Evitar biberones y chupones en las primeras semanas, ya que pueden interferir en el establecimiento de la lactancia materna.
  • Apoyo familiar y profesional, ya que la confianza y seguridad en la madre son clave para una lactancia prolongada y exitosa.

Cuidado materno durante la lactancia 

La madre también debe cuidar su bienestar durante esta etapa. Es fundamental mantener una alimentación balanceada, rica en proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales. La hidratación adecuada es clave, pues la leche materna está compuesta en un 88% por agua. Asimismo, es recomendable dormir y descansar lo suficiente, ya que la fatiga puede afectar la producción de leche y la calidad de vida de la madre.

Otro aspecto importante es la salud mental. La lactancia puede ser desafiante y es necesario reconocer los sentimientos de ansiedad o frustración, buscando redes de apoyo que incluyan profesionales de la salud y grupos de madres lactantes.

La lactancia materna es más que una decisión individual: es una estrategia de salud pública con efectos positivos en el bienestar de los bebés, las madres y la sociedad en general. Su promoción y protección requieren el esfuerzo conjunto de familias, profesionales de la salud y políticas públicas que faciliten su práctica en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Comprender la realidad detrás de los mitos, aplicar estrategias basadas en evidencia y garantizar el bienestar materno son claves para el éxito de la lactancia.

Bibliografía:

Victora, C. G., Bahl, R., Barros, A. J. D., França, G. V. A., Horton, S., Krasevec, J., … & Rollins, N. C. (2016). Breastfeeding in the 21st century: epidemiology, mechanisms, and lifelong effect. The Lancet, 387(10017), 475-490.

World Health Organization (WHO). (2020). Infant and young child feeding. Retrieved from https://www.who.int/

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