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Tejocote: Un tesoro nutricional en el corazón de México

Dra. Arely Vergara Castañeda

Estudiante Q.A. Jimena Guillén Rosas 

Grupo de Investigación en Promoción y Educación para la Salud y Alimentación

Vicerrectoría de Investigación

Facultad de Ciencias Químicas, Universidad La Salle, México

El tejocote (Crataegus mexicana), pertenece a la familia Rosaceae y es considerado una especie melífera, también es conocido como “manzanita”, “manzanilla de la India” o “manzana de Indias”. Es un fruto con un notable valor nutricional, cultural y medicinal en la tradición hispana. Su nombre deriva del náhuatl “texócotl”, de “tetl” (piedra) y “xocotls” (fruto de sabor agridulce), lo que se traduce como “fruto duro de sabor agrio”, reflejando sus características organolépticas (Hernández et al., 2020).

Este fruto es originario de México y de ciertas regiones de Guatemala, donde crece en un árbol caducifolio conocido como manzanillo, de madera dura y compacta, armado con espinas que se emplea comúnmente como portainjerto para otros frutales como el peral, níspero, durazno y manzano. El manzanillo prospera en climas templados y secos, alcanzando alturas entre 4 y 10 metros (Hernández et al., 2020). El tejocote es un fruto redondo, de 1 a 3cm de diámetro, de color amarillo-anaranjado y con pequeñas manchas que asemejan pecas, conteniendo semillas lisas y de color café (Serrano et al., 2016).

La temporada de cosecha del tejocote comienza en agosto, alcanzando su pico de consumo en noviembre y diciembre, concluyendo en enero. Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), su producción se concentra en 6 estados de México, con Puebla como principal productor y exportador, representando más del 90% del total nacional. En el año 2021, se reportaron 824.65 hectáreas sembradas y una producción estimada de 5,107 toneladas, con un valor superior a 21 millones de pesos (SADER, 2020).

Desde un punto de vista nutricional, el tejocote aporta aproximadamente 66 kcal, 16g de carbohidratos, 1.4g de fibra, 0.8g de proteínas y 0.2g de grasas por cada 100 gramos. Es una excelente fuente de vitaminas A y C, además de contener vitaminas del complejo B, y proporcionar 8mg de calcio y 0.3mg de hierro por cada 100g (López & Martínez, 2017).

Además, contiene una variedad de compuestos bioactivos, entre ellos terpenos como ácido ursólico, ácido corosólico, ácido crataególico y ácido oleanólico. También destaca por sus compuestos fenólicos, incluyendo flavonoides como kaempferol, quercetina, rutina, apigenina, luteolina, vitexina, isovitexina e hiperósido de vitexina. Entre los ácidos hidroxicinámicos se encuentran el ácido clorogénico, ácido cumárico y ácido caféico. Estos elementos contribuyen a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, así como a su capacidad para apoyar la salud cardiovascular y el sistema inmunológico (Serrano et al., 2016).

Aunque se puede comer solo y crudo, el tejocote se suele pelar, quitar las semillas, cocinar y luego utilizarse en la gastronomía para preparar ponches, ates, licores, mermeladas, jaleas, conservas, dulces tradicionales, infusiones y productos horneados. Su alto contenido de pectinas hace que la pulpa y cáscara se utilicen como agentes gelificantes y espesantes en la industria alimentaria. Además, su aplicación se ha extendido a la industria farmacéutica, cosmética y, más recientemente, a los sectores textil y siderúrgico (Zamudio et al., 2018).

En la medicina tradicional, las flores, frutos y raíces del tejocote se emplean en infusiones para tratar afecciones respiratorias como tos, congestión, resfriados y bronquitis, así como trastornos gastrointestinales (Hernández et al., 2020). Además, sus flavonoides y polifenoles se asocian con efectos antioxidantes y antiinflamatorios, sugiriendo su utilidad en la promoción de la salud cardiovascular. Estudios adicionales indican que puede proteger la mucosa gástrica, contribuir al tratamiento de la diabetes, la obesidad y actuar como antimicrobiano y antiparasitario contra protozoarios. También se ha demostrado su actividad anticancerígena y beneficios para el sistema nervioso, incluyendo efectos ansiolíticos y propiedades antiinflamatorias e inmunomoduladoras (García-Mateos et al., 2012; Márquez et al., 2019).

Por otro lado, también se le atribuyen efectos beneficiosos en la coagulación sanguínea y su potencial para regular los niveles de glucosa en sangre, lo cual es valioso en el control de la diabetes. Mientras que la vitamina C presente en el tejocote fortalece el sistema inmunológico y contribuye a una salud óptima (Márquez et al., 2019).

Recientemente, la raíz de tejocote se ha empleado en suplementos para favorecer la pérdida de peso y el tratamiento de insuficiencia cardíaca en dosis terapéuticas, sin embargo su uso sin supervisión médica puede estar asociado con problemas de salud y eventos adversos graves tales como cardiotoxicidad, depresión respiratoria y alteraciones del estado mental, entre otros, por lo que se recomienda consultar al profesional de la salud para valorar el consumo de estos suplementos a base de la raíz (Daniele et al., 2006; Palmer, 2019). 

En el sector farmacéutico, el tejocote se utiliza en productos cosméticos como cremas y lociones, debido a sus propiedades antioxidantes y capacidad para mejorar la apariencia de la piel. Además, se están estudiando los extractos de tejocote para su uso en suplementos dietéticos dirigidos al fortalecimiento del sistema inmunológico y en tratamientos naturales antioxidantes para el cuidado de la piel. En estos tratamientos, los componentes bioactivos como los flavonoides, ácido ursólico y quercetina pueden ofrecer beneficios adicionales para el envejecimiento saludable y la protección contra el daño celular (Zamudio et al., 2018; Ciencia AMC, 2020).

A pesar de ser considerada una fruta navideña de gran arraigo en México, subrayando su relevancia cultural y convirtiéndolo en un símbolo de la biodiversidad y riqueza natural de México, una limitante para su uso es su producción estacional, lo que ha incentivado la creación de tecnologías para su aprovechamiento, como la elaboración de pulpa, extracción de pectinas y el desarrollo de métodos de conservación. Estas innovaciones permiten disponer del fruto fuera de temporada, maximizando su valor agregado y ampliando sus aplicaciones en la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética (SADER, 2020; Zamudio et al., 2018). 

Referencias:

Daniele C, Mazzanti G, Pittler MH, Ernst E. Adverse-event profile of Crataegus spp.: a systematic review. Drug Saf. 2006;29(6):523-35. doi: 10.2165/00002018-200629060-00005. PMID: 16752934.

García-Mateos, M. R., Aguilar-Contreras, A., Colinas-León, M. T., & Torres-Quintana, M. A. (2012). Actividad biológica del tejocote (Crataegus mexicana). Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, 3(6), 1157-1168.

Hernández, E., Ruiz, J., & Castro, L. (2020). El uso del tejocote en la medicina tradicional mexicana. Revista de Etnobotánica y Medicina Tradicional, 15(2), 23-30.

López, R., & Martínez, P. (2017). Composición nutricional del tejocote y su importancia en la dieta mexicana. Revista de Nutrición Mexicana, 12(4), 45-50.

Márquez, J. J., Rojas, M. L., & Pérez, T. (2019). Efectos cardioprotectores del tejocote en modelos experimentales. Phytomedicine, 60, 152922. https://doi.org/10.1016/j.phymed.2019.152922

Palmer KG, Lebin JA, Cronin MT, Mazor SS, Burns RA. Crataegus mexicana (Tejocote) Exposure Associated with Cardiotoxicity and a Falsely Elevated Digoxin Level. J Med Toxicol. 2019 Oct;15(4):295-298. doi: 10.1007/s13181-019-00727-w. Epub 2019 Aug 12. PMID: 31407210; PMCID: PMC6825057.

SADER (2020). Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. Producción y comercialización del tejocote en México. Recuperado de https://www.gob.mx/agricultura/articulos/fruta-de-temporada-tejocote?idiom=es

Serrano, M., Cruz, A., & Ramírez, R. (2016). Propiedades antioxidantes y composición química del tejocote (Crataegus mexicana). Revista Científica de Botánica, 22(1), 67-74.

Velasco, O. (2022, 5 enero). Ate de tejocote. Receta sencilla para la Rosca de Reyes. Directo Al Paladar México. https://www.directoalpaladar.com.mx/cocina-popular-mexicana/ate-tejocote-receta-sencilla-para-rosca-reyes  Zamudio, E., Pérez, C., & Salazar, F. (2018). Aplicaciones del tejocote en la industria farmacéutica y cosmética. Revista de Innovación en Ciencia y Tecnología, 6(1), 55-63.

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