Dra. Aurora Porrúa Ardura
Nutrióloga y Educadora en Diabetes
Universidad Anáhuac Mayab
Las fiestas decembrinas son una época de celebración en las que las reuniones familiares y los banquetes abundan. Sin embargo, tras esta temporada, es común sentir las consecuencias de los excesos alimenticios y el sedentarismo. En lugar de recurrir a dietas restrictivas o medidas extremas, lo ideal es retomar hábitos saludables de forma gradual y sostenible. Este artículo ofrece estrategias prácticas para cuidar tu salud después de las fiestas y recuperar el equilibrio.
Tras los excesos, es tentador recurrir a dietas restrictivas o desintoxicantes que prometen resultados rápidos. Sin embargo, estas pueden ser perjudiciales para tu cuerpo y generar un efecto rebote.
En lugar de eliminar grupos de alimentos, opta por comidas balanceadas que incluyan proteínas magras, carbohidratos complejos, grasas saludables y una variedad de frutas y verduras. Un almuerzo saludable podría incluir pescado a la parrilla, arroz integral y una ensalada fresca con aguacate y limón.
El consumo de alimentos ricos en sodio y bebidas alcohólicas durante las fiestas puede llevar a la deshidratación y retención de líquidos.
Aumenta tu consumo de agua, infusiones sin azúcar y alimentos ricos en agua, como pepino, sandía y calabacín. Comienza el día con un vaso de agua tibia con limón para estimular la hidratación y el sistema digestivo.
El sedentarismo es frecuente durante las vacaciones, pero retomar la actividad física no tiene que ser una tarea ardua. Incorpora ejercicios de bajo impacto como caminar, nadar o practicar yoga si llevas tiempo sin ejercitarte. Gradualmente, aumenta la intensidad y duración. Si no tienes tiempo para una rutina larga, prueba sesiones cortas de 10 minutos, tres veces al día.
Después de las fiestas, el cuerpo necesita nutrimentos para recuperarse. Opta por alimentos naturales que favorezcan la digestión y reduzcan la inflamación.
Reemplaza los snacks procesados por frutas frescas, frutos secos naturales o yogur bajo en azúcar. Una merienda saludable puede ser un puñado de almendras y una manzana.
Las festividades suelen alterar los horarios de sueño, lo que afecta el metabolismo y los niveles de energía.
Establece una rutina de sueño consistente, evitando dispositivos electrónicos antes de dormir y creando un ambiente propicio para el descanso. Intenta acostarte y despertarte a la misma hora todos los días para regular tu reloj biológico.
Es importante recordar que disfrutar de la comida y las celebraciones forma parte de una vida equilibrada. En lugar de castigarte por lo que comiste, enfócate en las acciones que puedes tomar ahora para mejorar tu bienestar.
Lleva un registro de tus logros, como aumentar la ingesta de agua o completar tus rutinas de ejercicio, para mantenerte motivado.
Los cambios radicales suelen ser difíciles de mantener. Comienza con ajustes pequeños y alcanzables que se conviertan en hábitos permanentes. Si deseas consumir menos azúcar, empieza reduciendo la cantidad que le pones al café o sustituyendo los refrescos por agua mineral con limón.
El periodo posterior a las fiestas no debe ser una época de culpa, sino una oportunidad para cuidar de ti mismo y retomar hábitos saludables. Con pequeños pasos, puedes mejorar tu bienestar físico y emocional, asegurando que los excesos de las celebraciones no dejen una marca permanente en tu salud. Recuerda, tu cuerpo merece cuidado y atención constante, no solo después de las fiestas, sino durante todo el año.
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