¿Habías escuchado sobre los disruptores endocrinos estrogénicos y sus efectos en la salud humana?

Dra. Haydé Azeneth Vergara-Castañeda

Dra. Ana Alicia Sánchez-Tusié

Dra. Ana Gabriela Hernández-Puga

Para desarrollar funciones básicas como crecimiento, metabolismo y reproducción el cuerpo humano requiere de la actividad de las hormonas. Las hormonas son compuestos químicos sintetizados y liberados al interior del cuerpo en donde ejercen sus efectos a lo largo de toda la vida del ser humano. Existen distintos tipos de hormonas, entre ellas encontramos a las hormonas estrogénicas estradiol y estrona, las cuales son esenciales para la maduración y funcionamiento del sistema reproductor femenino y para dar funcionalidad a los sistemas cardiovascular, óseo y nervioso en hombres y mujeres. Los efectos de las hormonas son muy diversos y dependen de los órganos y tejidos que estimulen y de la etapa de vida del ser humano. En el caso de los estrógenos actúan a través de proteínas que se encuentran en la membrana o en el núcleo de las células para promover la expresión de genes presentes en el ADN y así iniciar los distintos procesos biológicos. 

Desde hace varias décadas se ha comprobado que existen compuestos exógenos con actividad estrogénica o antiestrogénica, esto es, compuestos que pueden actuar en el cuerpo humano de forma similar o contraria a los estrógenos. Dichos compuestos son denominados “disruptores endocrinos” (DE), los cuales son sintetizados químicamente o se encuentran presentes en la naturaleza. Los DEs sintéticos comprenden compuestos que se emplean en la industria para la fabricación de plásticos, medicamentos, productos de belleza, plaguicidas, conservadores de alimentos, entre otros.

Por mencionar algunos ejemplos, tenemos al bisfenol-A y los ftalatos empleados como plastificantes de botellas y recipientes de plástico, recubrimiento de latas de aluminio, juguetes y material de PVC, poliestireno y PET; los parabenos son empleados como agentes conservadores en productos de cuidado personal como cremas, shampoos y cosméticos; los compuestos organoclorados fueron empleados en la producción de resinas y pinturas, y actualmente se encuentran prohibidos para su uso en la industria; y los compuestos perfluorados son empleados para fabricar utensilios de cocina como sartenes y ollas recubiertas con teflón. 

La exposición a DEs estrógenicos en modelos experimentales se ha asociado a alteraciones morfológicas y funcionales de útero, vagina, hipófisis anterior, ovarios y aumento de riesgo de aborto, alteración del inicio de la pubertad, reducción de la fertilidad, menopausia temprana, entre otros. Sus efectos biológicos son inducidos a través de la alteración de vías de señalización estrogénicas, al unirse a los receptores de estrógenos y promover o reprimir su activación, lo que genera una competencia con los estrógenos endógenos y conlleva a alteraciones de las funciones biológicas normales. Por lo que resulta de gran importancia reducir su exposición y regular su uso en la industria para reducir sus efectos dañinos a la salud humana y al medio ambiente.

Por otro lado, los DEs de origen natural, también llamados fitoestrógenos, también se ha observado que presentan un comportamiento como hormonas reguladoras del sistema endócrino y son sintetizados en las plantas como metabolitos secundarios para defenderse de condiciones que pudieran afectar su integridad (estrés biótico y abiótico). Pero, al contrario de los sintéticos, los DEs naturales han mostrado evidencia de beneficios moleculares en el organismo por vías estrogénicas en diversos modelos biológicos, e incluso se ha reportado que pueden contrarrestar los efectos perjudiciales de los sintéticos.

Los humanos los consumimos a través de los alimentos y, en realidad, el cuerpo no los necesita para alguna función biológica primaria, pero se ha demostrado que pueden ejercer beneficios a la salud a través de diversos mecanismos moleculares. Ejemplos y fuentes de estos son daidzeína, genisteína, gliciteína encontrados principalmente en la soya; naringenina en tomates y naranjas; quercetina en manzana y cebollas; cumestrol en peras y frijoles, entre otros. La absorción de fitoestrógenos en el intestino delgado va a depender de la forma libre o su unión con algún azúcar. Los fitoestrógenos que no hayan sido absorbidos en la parte alta del tracto gastrointestinal alcanzan el colon, en donde las enzimas producidas por la microbiota intestinal los metabolizan dando lugar a estructuras que también juegan un papel importante en la modulación de diversas vías moleculares locales y sistémicas, favoreciendo la activación de genes y/o proteínas que protegen a la célula de posibles alteraciones.

En conclusión, las implicaciones de los DEs en la salud humana dependen de su origen (sintético o natural), cantidad consumida y tiempo de exposición (agudo o crónico), susceptibilidad individual y sistemas de defensa endógenos. Recientemente, se ha sugerido que algunos efectos negativos de los disruptores endocrinos sintéticos podrían atenuarse por el efecto de los disruptores naturales. Por lo tanto, es muy importante que comprendamos cómo actúan y cuáles son los efectos biológicos de los DEs, para abordar su problemática y saber que la correcta alimentación no solo nos permite vivir con un balance nutricional adecuado, sino que también nos brinda beneficios a la salud que podrían prevenir enfermedades crónicas.

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